COQUENA . EL GUARDIÍAN DE LA PUNA.
EN LA INMENSA SOLEDAD DE LAS MONTAÑAS DE SALTA LOS ANIMALES ESTÁN PROTEGIDOS, UN ENANITO MISTERIOSO DEFIENDE SUS VIDAS DE TODOS LOS PELIGROS. CUENTAN QUE EL CHANGO, UN PASTORCITO INDIO VIÓ UNA VEZ A COQUENA, EL CHANGO ERA PASTOR DE CABRAS, COMO ERAN TAN POCAS, APENAS CUATRO, ÉL LAS LLAMABA MI MAJADITA.
PERO LAS CUIDABA COMO SI FUERAN MUCHÍSIMAS. LOS OTROS PASTORES SE BURLABAN DE ÉL. CUIDADO CON LA MAJADA CHANGO, NO VAS A EQUIVOCARTE AL CONTARLAS, Y ÉL SIEMPRE CONTESTABA, CUATRO SON MÁS QUE UNA Y UNA ES MÁS QUE NINGUNA.
UN DÍA LOS PASTORES LE COMENTARON QUE DEL OTRO LADO DEL CERRO GRANDE, HABÍA UN LUGAR ALEJADO DONDE CORRÍA UN RÍO, Y CRECÍAN PASTOS TIERNITOS, TIERNITOS, Y ALLÍ FUE EL CHANGO EN BUSCA DE PASTO TIERNITOS PARA SUS CABRITAS.
ANDUVO POR SENDEROS SOLITARIOS Y PELIGROSOS DESFILADEROS, HASTA QUE POR FIN LLEGÓ AL VALLE. EL CHANGO SE QUEDÓ MARAVILLADO Y LAS CABRAS SALTABAN LOCAS DE CONTENTA Y COMIERON HASTA HARTARSE.
CUANDO EMPEZABA EL CAMINO DE REGRESO, SE DESATÓ UNA TERRIBLE TORMENTA, RAPIDAMENTE EL CHANGO QUISO REUNIR A SU MAJADITA, PERO LAS CABRAS ASUSTADAS CADA VEZ SE ALEJABAN MÁS, UNA A UNA LAS LLEVÓ A UN REFUGIO ENTRE LAS ROCAS, A ESPERAR QUE PASARA EL TEMPORAL, FUE ENTONCES CUANDO SE DIÓ CUENTA QUE LE FALTABA UNA.
LA NEGRITA, GRITÓ Y SALIÓ A BUSCARLA DESESPERADO. DE PRONTO VIÓ UN PEQUEÑO BULTO TIRADO SOBRE LAS PIEDRAS. ¡ MI NEGRITA! DIJO CON ALEGRÍA PERO CUANDO SE AGACHÓ VIÓ QUE NO ERA SU CABRA, SINO UNA LLAMA PEQUEÑA Y AL PARECER NEGRITA.
LE HABLÓ CON LA MISMA TERNURA QUE A SU MAJADITA. PERO CUANDO FUE A ALZARLA EN VEZ DE LA LLAMITA, SE APARECIÓ EL MISMISIMO COQUENA .- ERES BUENO CHANGUITO MUY BUENO. PIDE LO QUE DESEÉS.
-¿QUIÉRES ORO, QUIÉRE PLATA? DIJO COQUENA.
-¡GRACIAS COQUENA! PERO NO QUIERO NADA DE ESO. AYÚDAME A ENCONTRAR A MI CABRITA PERDIDA.
A COQUENA LE BRILLARON LOS OJOS DE CONTENTO, Y SEÑALANDO CON SU MANO HACIA EL NORTE, DIJO -SIGUE HASTA DONDE TERMINA EL SENDERO, DOBLA A LA IZQUIERDA Y HALLARÁS UNA CUEVA. TODO LO QUE ESTÉ JUNTO A TU CABRA ES TUYO.
ES LA VOLUNTAD DE COQUENA, Y ASÍ DESAPARECIÓ. EN LA CUEVA ENCONTRÓ EL CHANGO A LA NEGRITA Y JUNTO A ELLA UNA BOLSA CON MONEDAS DE ORO Y PLATA
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